Si hace un año nos despedíamos de Ernst Waldburger y hace apenas seis meses de Toni Truniger, hoy nos toca hacerlo tristemente de Leo Waldburger. Cofundador de nuestro Colegio y miembro de la Junta Directiva de 1981 a 1984, él pertenece a esa generación de admirables personas dispuestas a ayudar, amable y comprensivo con todos, y con un alto concepto de la ética.
Fundó y dirigió una empresa de ingeniería civil en Madrid y compaginó su trabajo con La Casa del Abuelo, taberna tradicional perteneciente a la familia de su querida mujer Enriqueta, quien se quedó sola al frente por circunstancias de la vida. Su pasión por España y su talento creativo permitieron hacer crecer el negocio familiar, abriendo la primera sucursal de La Casa del Abuelo, mientras aún le daba tiempo a cofundar la Asociación Económica Hispano-Suiza y a colaborar con el Club Suizo de Madrid, pues quería fomentar con todo su cariño e ímpetu las relaciones entre ambos países. Se sentía suizo y español a partes iguales.
Hoy son sus hijos, exalumnos de nuestro Colegio, los que dirigen los cinco locales de la Casa del Abuelo y su bodega en Toro, manteniéndose fieles a los valores que les inculcó su padre. Y sus nietos también han pasado por el Colegio, precisamente una nieta obtendrá este año su Diploma de Madurez.
El Colegio Suizo de Madrid le debe a personas como él su existencia, marcada por esa labor perseverante, eficaz y desinteresada. Por ello, queremos mostrarle póstumamente nuestro profundo agradecimiento. A sus hijos, nietos, demás familiares y amigos les hacemos llegar nuestro más sentido pésame.
Los que le conocimos, nunca le olvidaremos.
ASOCIACIÓN DEL COLEGIO SUIZO DE MADRID

