Con sólo 32 años, Ana Torres tiene el Doctorado Internacional en Odontología en la Universidad del Sur de California y en la Universidad Complutense de Madrid, y dirige dos clínicas en Múnich.

Un éxito académico y profesional al que ha llegado tras formarse en España, Alemania y Estados Unidos, además de realizar prácticas internacionales en Corea del Sur y Japón, y en el que, como reconoce Ana, el Colegio Suizo de Madrid ha desempeñado un papel importante. Su experiencia en el CSM no sólo le ha abierto puertas por el aprendizaje de varios idiomas sino que le ha influido en su perspectiva de ver el mundo, basada en pensar más allá de lo convencional, dándole la posibilidad de afrontar “un futuro sin límites”.

Con solo 21 años, Daniela Guerrero ya ha trabajado en el Ministerio de Asuntos Exteriores suizo en España y actualmente continúa con su carrera en la Embajada Británica en Suiza.

Un hito que ha sido posible gracias a su grado en Relaciones Internaciones obtenido en la prestigiosa Universidad de St. Gallen, a la que accedió tras haber finalizado su educación en el Colegio Suizo de Madrid, donde recibió una formación académica integral, individualizada y multilingüe, que le abrió las puertas para realizar los estudios superiores donde ella quisiera y emprender con éxito su propio camino.

Soy antiguo alumno del Colegio Suizo de Madrid y soy Diseñador de Experiencias de Usuarios. Lo mejor del CSM es que es un colegio que te prepara para un futuro que todavía no se conoce. Cuando yo entré en el Colegio hace veinte años, junto con mis hermanos, que son mayores que yo, las profesiones en las que trabajamos ahora no existían en ese momento.

En el Colegio, además del conocimiento, te dan unas herramientas muy valiosas para trabajar sobre lo que todavía hoy no conocemos, como es la independencia, la creatividad, el pensamiento crítico y los idiomas, por supuesto. Así que no lo dudéis y confiad en el Colegio Suizo de Madrid para un futuro que todavía está por venir.

Una de las razones de ser del Colegio Suizo de Madrid es su vocación internacional. Un atributo esencial del CSM que, tal y como nos cuenta el antiguo alumno Pablo González (promoción 2021), le ha servido para facilitarle el camino de cara a obtener una beca de estudios para la Universidad de Connecticut, en EE.UU. Gracias a la beca deportiva por el fútbol estudia allí Management and Engineering for Manufacturing (MEM).

Explica que ha sido un orgullo haberse formado en el Colegio y destaca el apoyo recibido por parte de los profesores, quienes le han ayudado mucho. “Especialmente con el tema de entrenamientos, que a veces han interferido en mis estudios, me apoyaron con los contenidos de clases para seguir avanzando a pesar de mi carrera de fútbol”, subraya.

Estuve en el Colegio Suizo de Madrid de 2005 a 2018, donde obtuve mi Diploma de Madurez. He jugado al fútbol desde pequeño, estuve en la cantera del Real Madrid y gracias al Colegio y a la educación que me dieron pude venirme a Estados Unidos, donde conseguí una beca y me gradué en la Western Illinois University en Chicago en la carrera de Communication & Business y donde ahora voy a acabar un Master en GIT (Administración).

Del Colegio guardo muy buenos recuerdos, de mis compañeros, hice muy buenos amigos, estoy muy agradecido a los profesores, que conocían mi situación y me ayudaron en todo momento. Recuerdo muy buenos momentos: los campamentos de verano, las excursiones de esquí, clases divertidas en las que se aprendía mucho. 

Actualmente estoy estudiando Dirección y Administración de Empresas en Alemania en la Universidad “Christian Albrecht” de Kiel. No me supuso ningún esfuerzo aplicar en la universidad pública alemana porque tener el bachillerato suizo te abre muchas puertas. Esas puertas se multiplican más tarde en el mercado laboral europeo.

Estudiar en alemán no es ningún problema a pesar de venir de una familia española, sin ninguna vinculación a Suiza o Alemania. Resaltaría del colegio la libertad y el juego de los primeros años, la escasa carga de deberes en Primaria y Secundaria y la exigencia del Bachillerato, con presentaciones y exámenes orales. Fui muy feliz en el Colegio Suizo de Madrid de los 2 a los 18 años, con grandes amigos que lo serán toda la vida.

Soy ingeniera química y trabajo desde hace 5 años en Novartis en producción farmacéutica de productos estériles como experta del proceso (Process Expert) en Suiza. Terminé el Colegio Suizo de Madrid en 2010 y empecé ese año mis estudios en la Universidad Politécnica de Zúrich (ETHZ), donde realicé mi bachelor y máster en ingeniería química.

Gracias al Colegio hice la madurez suiza, lo cual me brindó la oportunidad de entrar en una universidad suiza sin necesidad de hacer más pruebas de acceso. Mi familia es mitad suiza, de habla francesa, y durante mis años en el CSM, aprendí alemán e inglés con el nivel necesario para afrontar la carrera del bachelor en alemán y el máster en inglés. Ahora llevo diez años viviendo en Suiza y trabajo en un ambiente internacional hablando alemán e inglés todos los días.

Además del respeto y espíritu solidario, el CSM me aportó formación de calidad, dominio de varios idiomas y una excelente preparación para la Universidad y la vida en general.

Esa mentalidad abierta y emprendedora – fundamental para poder tener éxito en un mundo globalizado – me permitió acabar los estudios de Ingeniería y Economía Empresarial y dedicarme a lo que realmente me gusta. Esto es, proyectos con relaciones profesionales en el ámbito internacional.

Al terminar el Colegio estudié el grado de Derecho y Derecho Jurídico Comunitario en Madrid. Gracias a mi alto nivel en alemán, pude estudiar un semestre de Erasmus en la Universidad de Heidelberg, en Alemania. Tras finalizar el Máster de Acceso a la Abogacía y aprobar el examen para ejercer como abogada, decidí mudarme a Zúrich para empezar mi vida profesional como consultora fiscal en EY (Ernst & Young AG).

Siempre he agradecido que mis padres decidieran llevarme al CSM y me dieran la gran oportunidad de aprender idiomas y que pudiera recibir una educación basada en los valores que me inculcaron en el Colegio: el respeto entre los compañeros de clase y hacia el profesorado, la libertad de poder escoger las asignaturas complementarias que más fomentaran nuestras propias inquietudes e intereses y la igualdad, dado que es un colegio muy familiar.