Aunque es cierto que, en los últimos tiempos, usamos de manera cada vez más habitual los métodos de pago electrónico (tarjetas de crédito, “Bizum”…), normalmente solemos llevar efectivo en la cartera por si se presenta algún imprevisto y tenemos que abonar una cuenta de la manera “tradicional”.
Sin embargo, estas transacciones en formato “físico” (con monedas y billetes) tienen un impacto en el medio ambiente, ya que, obviamente, hay que fabricar las piezas. Pero siempre habrá posibilidades de reducir al máximo este proceso, tal y como nos demuestra el Banco Nacional Suizo (SNB) con su apuesta por la elaboración de billetes con una huella de carbono neutra.
El SNB tiene el derecho exclusivo de emisión y, por tanto, de decidir sobre el impacto medioambiental que tendrán los billetes. Un trabajo que llevan haciendo durante años y que ha cobrado su máxima expresión con la novena serie, puesta en circulación entre 2016 y 2019 y cuya revisión de su ciclo útil de vida se realizó hace solo un año, en 2021.
Se trata de una serie cuyos ejemplares son más seguros y más complejos de producir. Su principal característica es el uso del innovador sustrato Durasafe®, que consiste en dos capas de papel de algodón y un núcleo central de polímero. Ello permite incorporar, como decimos, nuevos elementos de seguridad y, al mismo tiempo, aumentar la resistencia mecánica de los billetes, implicando un menor impacto medioambiental.
Por otro lado, para estas nuevas series, las empresas que participan en la fabricación de los productos semiacabados han pasado a utilizar recursos renovables para cubrir la totalidad de sus necesidades de electricidad. Asimismo, en el proceso de impresión de los mismos se utiliza en un porcentaje cada vez mayor la electricidad procedente de recursos renovables, y en la propia operativa del Banco (distribución, envíos…) cada vez se opta más por la energía verde.
Si nos detenemos en la eliminación de los billetes, el impacto medioambiental es pequeño en ambas series. En este caso, aunque el uso del polímero es perjudicial para el impacto medioambiental, la vida útil de la novena serie es más amplia debido a su mayor resistencia mecánica. Junto con la disminución de elementos tangibles como medio de pago, el resultado es que el SNB sustituye menos billetes desgastados o dañados en general, lo que ha llevado a una reducción de alrededor del 30% en la cantidad media de piezas producidas anualmente.
Por otro lado, los restos de billetes que han sido destruidos mediante trituración se prensan y posteriormente se llevan a las plantas públicas de incineración de residuos, donde se recupera tanto la energía térmica como la eléctrica, contribuyendo así al suministro energético de Suiza.
En todo caso, la emisión de billetes suizos tiene un bajo impacto medioambiental y climático. Aun así, el SNB ha confirmado que seguirá con su compromiso de fabricar billetes de forma compatible con el medio ambiente, así como en compensar totalmente las emisiones climáticas que sean inevitables. De este modo, la compatibilidad con el medio ambiente seguirá siendo un criterio importante, junto con los estrictos requisitos de lucha contra la falsificación y de calidad del producto, siguiendo con ese objetivo de tener una huella de carbono neutra.
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