A todos nos han sido dados unos talentos. En nuestra mano está el qué hacer con ellos. Podemos enterrarlos o, con esfuerzo, explotarlos y ponerlos al servicio del bien.
¿Te has parado a pensar dónde puedes aportar? ¿Cómo van a servir tus talentos mejor a la comunidad? El primer paso para poner a trabajar tu talento es pararse a pensar dónde lo quieres poner a trabajar y al servicio de qué.
Nos ha sido dado un regalo del cielo para que, a su vez, lo demos a los demás. No hemos venido a este mundo a ser servidos, sino a servir.
Doy gracias a Dios y al Colegio Suizo por enseñarme a conocer mis talentos y a ponerlos al servicio de los demás.