Ya estamos metidos de lleno en el futuro de hace 40 años. El mundo de la informática: ordenadores, tablets, móviles… es el mundo de nuestros hijos y nietos. ¡Dónde quedaron la pizarra, las tizas, los mapas y el proyector de diapositivas!
La pareja “enseñanza-aprendizaje” es tan “tradicional-tradicional” que suena a arcaísmo, pero es una pareja entrañable y, a pesar de todo, sigue siendo moderna.
Gracias a la tecnología, se ha afrontado con mucho esfuerzo la pandemia del coronavirus. El aprendizaje on line ha sido un éxito. Al recobrar las clases presenciales, ambos aprendizajes, con ordenador y tradicional, cimentarán nuevos conocimientos, técnicas y destrezas que alcanzarán nuestros alumnos en su formación futura.
En todo aprendizaje debe estar presente el aprendizaje en valores: autoestima, respeto, colaboración, compañerismo, esfuerzo, constancia, responsabilidad, empatía, generosidad… Este aprendizaje debe seguir potenciándose en colaboración con los padres, principales responsables de la formación de sus hijos.
Es necesaria la consecución de estos valores si queremos que nuestros alumnos, aparte de adquirir amplios conocimientos y destrezas, sean también personas respetuosas, íntegras, generosas… y, por supuesto, personas de bien, que tanta falta hacen.