Además del respeto y espíritu solidario, el CSM me aportó formación de calidad, dominio de varios idiomas y una excelente preparación para la Universidad y la vida en general.
Esa mentalidad abierta y emprendedora – fundamental para poder tener éxito en un mundo globalizado – me permitió acabar los estudios de Ingeniería y Economía Empresarial y dedicarme a lo que realmente me gusta. Esto es, proyectos con relaciones profesionales en el ámbito internacional.