Es el arte de decidir dar con una de tus dos manos, mientras te ayudas con la otra. Es entender que aquello que aportas hace brillar a la galaxia que reside en tu interior con más belleza.
Es comprender que cuando haces reír a otra persona, tu ríes más; que cuando ayudas a otro ser vivo, te ayudas a ti mismo; y que cuando haces feliz a otro ser humano, tú eres aún más feliz.
Es aprender a no perturbar la majestuosidad del silencio con palabras innecesarias. Es decidir saborear más allá de ti mismo; darse cuenta de que no das a aquellos a los que amas, sino que amas a aquellos a los que das. Es invitarme a escribir estas líneas y sentirme dichosa.