La salud mental en el ámbito educativo se ha convertido en los últimos tiempos en un tema de actualidad, por la creciente necesidad de abordar su importancia en este contexto. La pandemia por coronavirus, los nocivos efectos que han generado en muchas autoestimas las redes sociales o la presión por las notas han hecho que sean miles los estudiantes los que, cada vez, ven más debilitada su resiliencia.
Un tema hasta ahora tabú que, por fortuna, ha dejado de estar silenciado y ya ocupa un lugar destacado entre los problemas a abordar de manera inmediata y que tratamos en esta entrevista con Raquel Álvarez, Jefa de Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Rey Juan Carlos y Profesora Asociada de Medicina de la Universidad Rey Juan Carlos.
¿Cuáles considera que son los principales desafíos en la salud mental infantil en la actualidad?
Actualmente tenemos muchos desafíos en salud mental en general y, muy especialmente, en niños y adolescentes. Desde la pandemia hemos podido observar cómo han aumentado algunas enfermedades como los trastornos de ansiedad y depresión o los trastornos de conducta alimentaria, tanto en las urgencias como en las consultas de psiquiatría y psicología clínica. En la encuesta realizada a nivel nacional por el Ministerio de Sanidad en el año 2023, se indican datos muy preocupantes sobre el elevado consumo de sustancias como el alcohol o el cannabis y cómo el inicio del consumo es a edades cada vez más precoces. Según este estudio, la edad de inicio de consumo de alcohol es los 13 años. El suicidio es otro de los temas más preocupantes, cada vez es más frecuente la ideación y conducta suicida en la población infanto juvenil que acude a urgencias. Según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística de 2023, el suicidio sigue siento la primera causa de muerte externa en España y persiste el aumento progresivo, siendo especialmente preocupante en niños entre 10 y 14 años
Se están llevando a cabo medidas para afrontar esta situación, por ejemplo a nivel nacional se ha aprobado la especialidad de Psiquiatra infantil y de la adolescencia y se están comenzando a formar residentes. Además en la Comunidad de Madrid se han aumentado las camas de hospitalización en unidades de hospitalización psiquiátrica y también las plazas en hospitales de día de infanto juvenil.
Sin embargo, estas medidas son insuficientes, no hay suficientes facultativos para contratar en los diferentes hospitales y el número de camas sigue siendo menor que la demanda en las urgencias, siendo habitual la lista de espera para realizar ingresos de niños y adolescentes.
¿Por qué es tan importante el acoso escolar desde el punto de vista de la salud mental?
El acoso escolar es un factor socio ambiental que claramente aumenta el riesgo de muchas enfermedades psiquiátricas, incluido el riesgo de suicidio. Sufrir acoso escolar multiplica las probabilidades de sufrir un trastorno mental. Esto lo produce tanto en la propia etapa infanto juvenil como a edades posteriores e incluso en la etapa adulta, por ejemplo los que sufrieron acoso escolar tienen una alta probabilidad de sufrir acoso laboral.
Además hay factores sobre los que no podemos actuar, como son los factores genéticos que predisponen a desarrollar enfermedades. Pero sobre los factores sociales y ambientales sí se puede actuar mediante la prevención y la intervención precoz. Es por lo tanto posible trabajar sobre factores protectores: promover un ambiente escolar saludable e inclusivo, así como adecuadas políticas de protección social.
¿Cuál es el papel de la psiquiatría en el apoyo a la prevención del acoso escolar y qué medidas específicas se deben tomar para abordar este problema en la comunidad educativa?
El trabajo del centro escolar es fundamental para realizar un abordaje preventivo y estar pendiente de señales para saber detectarlo y realizar una intervención precoz. Los centros educativos deben trabajar en la prevención apostando por la educación, la diversidad y la ayuda entre pares. Es muy importante trabajar con los niños y los adolescentes en la tolerancia cero con el bullying, en lo importante que es no ser cómplices mediante el silencio y lo necesario de reaccionar y actuar ante este problema informando a los adultos de lo que está sucediendo.
Además, es fundamental establecer vías de comunicación entre el sistema educativo y el sistema sanitario para intervenir de forma precoz cuando se detectan casos, facilitar las derivaciones a psiquiatría y psicología clínica, realizar coordinaciones entre centros educativos, familiares, atención primaria y atención especializada, tanto pediatras como psiquiatras y psicólogos clínicos. A través de equipos de trabajo multidisciplinares, se podrán instaurar programas de formación en salud mental a los docentes, a los padres y a los alumnos para la identificación de los casos y manejo de los mismos.
¿Cómo un niño o adolescente manifiesta que necesita ayuda?
La comunicación con nuestros hijos es fundamental, hablar con ellos, preguntarles por su día a día, pasar tiempo con ellos y establecer una relación de confianza y comunicación es clave. Sin embargo, los niños y adolescentes no siempre expresan mediante palabras lo que les sucede ni nos lo cuentan abiertamente. Muchos adolescentes que se suicidan no le han dicho a nadie que querían morirse, al igual que muchos niños que sufren acoso escolar tampoco lo cuentan. Es fundamental que enseñemos a los niños a pedir ayuda, apoyarles para que se sientan cómodos y no se avergüencen ni se culpabilicen de lo que les está pasando, que se sientan seguros de contarnos que lo están pasando mal. Pero también es muy importante que nos cuenten si esto le está pasando a otro compañero, es una forma muy útil de detectarlo en otros niños.
¿Cuáles son las señales de alerta que los padres y maestros deberían tener en cuenta para identificar posibles problemas de salud mental en los niños?
Es muy importante observar y estar atento a cambios de comportamiento y de conducta, a si hay cambios en su rendimiento académico, a que pierdan el apetito o dejen de comer, al tiempo que pasan usando móviles o tablets, a que estén más cansados, duerman peor o tengan pesadillas. Y, por supuesto, a una conducta que está creciendo en los últimos años: la realización de cortes, autolesiones o hacerse daño físicamente. Es frecuente que esto sea una búsqueda de aliviar la angustia y el malestar emocional, el dolor físico es la forma de aliviar el dolor psíquico.
¿Qué estrategias se pueden llevar a cabo para evitar que esto suceda?
Es fundamental la comunicación que ya hemos mencionado, pero también la educación emocional que facilite esa comunicación. Que los niños y adolescentes aprendan a comunicar lo que les sucede, sus problemas, lo que va mal, que aprendan a hacerlo de una forma que no sea peligrosa ni dañina para ellos. Si las autolesiones ya han aparecido, es muy importante la intervención precoz, intervenir lo antes posible debido a que es frecuente que no sepan pedir ayuda.
¿Este tipo de conductas están relacionadas con el suicidio?
Esto debe ser valorado por un profesional y explorarlo con detalle. Como hemos mencionado, a veces las autolesiones son una forma de aliviar la angustia, es decir tienen una finalidad ansiolítica y no suicida. Pero en otras ocasiones, sí tienen unas ideas de muerte o suicidio detrás, por lo que este tipo de comportamientos debe ser minuciosamente explorado por un psiquiatra.
¿Por dónde se podría empezar con la prevención?
Apostar por la prevención es una medida complementaria a la inversión en una adecuada red sanitaria. Hay muchos aspectos que se pueden desarrollar tanto a nivel familiar como en el entorno escolar:
Evitar el consumo de tóxicos (alcohol, bebidas energéticas, nicotina, drogas ilegales), no normalizar la práctica del botellón ni el consumo de porros en adolescentes. El consumo de estos tóxicos está íntimamente relacionado con la aparición de enfermedades como trastornos de ansiedad, depresivos o psicóticos.
Es fundamental apostar por hábitos saludables, una adecuada nutrición y realizar deporte y ejercicio físico a diario.
Por supuesto es también importante asegurar unos adecuados cuidados prenatales en mujeres embarazadas y promover medidas que faciliten la conciliación familiar, el vínculo y el estilo de apego seguro que permita que los niños sepan desarrollar relaciones interpersonales seguras e interacciones sanas con los demás.
A los niños y adolescentes es necesario escucharles, establecer un ambiente de confianza, escuchar de forma activa y fomentar que se expresen sin juzgarlos, no minimizar ni menospreciar sus preocupaciones, buscar soluciones juntos, mantener una comunicación abierta, comunicárselo al centro escolar, normalizar el hecho de pedir ayuda profesional, educar sobre salud mental. Es necesario fomentar aspectos relacionados con el bienestar emocional a largo plazo, el desarrollo de proyectos vitales, fomentar autoestima, aprender a trabajar la tolerancia a la frustración, potenciar vínculos afectivos y enseñar a cuidar al otro y procurar su bienestar, detectar si tiene una relación no sana con otro compañero que no esté basada en la igualdad, sino en el abuso de poder o el aislamiento, fomentar la diversidad, usar de forma segura y responsable las nuevas tecnologías.
La falta de sueño aumenta el riesgo de enfermedades mentales, como es el caso de los trastornos depresivos. Los adolescentes son especialmente vulnerables, especialmente si no se cuida su higiene de sueño y se permite que tengan móviles o tablets antes de dormir, lo que empeora de forma significativa su sueño.
¿Cómo afecta la tecnología y el acceso a las redes sociales a la salud mental de los niños?
Las redes sociales pueden ser positivas para mantener en contacto distintas parte de una comunidad que de otra forma no podría hacerlo. Pero también tienen muchos aspectos negativos, especialmente cuando los adolescentes buscan la aceptación por parte de otros o cuando facilitan conductas nocivas que antes se quedaban en el colegio, provocando que el acoso escolar sea continuado, agravándose e incrementándose. Además está siendo cada vez más habitual la exposición a vídeos pornográficos a edades muy precoces o a videos que convierten en competiciones el saber como perder peso o como suicidarte.
¿Qué medidas se toman para mitigar posibles impactos negativos del acceso a nuevas tecnologías?
En algunas comunidades autónomas españolas se están empezando a tomar medidas como prohibir o regular el uso de móviles en colegios e institutos, medida muy eficaz que nos arrepentiremos de no haber instaurado antes. Las nuevas tecnologías deben utilizarse forma supervisada en menores, debemos promover los límites para evitar un impacto negativo en niños y adolescentes, promover un uso racional y fomentar un pensamiento crítico para que entiendan que no es real todo lo que ven en redes sociales. En el ámbito educativo esta limitación de su uso es muy necesaria para mejorar el aprendizaje, el rendimiento académico, la concentración y la atención.
Reducir la dependencia a nuevas tecnologías, buscar nuevas formas de entretenimiento, mejorar la sociabilidad entre los alumnos, limitar el acceso a redes sociales puede ayudar a disminuir el bullying y el ciberacoso y, en definitiva, mejorar el bienestar y la salud mental. Hay un meta análisis publicado en el año 2022 que aporta datos contundentes en adolescentes: hay una asociación lineal entre el tiempo en redes sociales y el mayor riesgo de presentar un cuadro clínico depresivo, cada hora adicional en redes sociales aumenta el riesgo un 13%
¿Qué estrategias se pueden implementar para reducir el estigma asociado con los trastornos mentales en el entorno escolar y comunitario?
El tema del estigma es uno de los más importantes que tenemos como sociedad y sobre el que todavía hay mucho trabajo por hacer. Es cierto que se está comenzando a hablar más de salud mental, pero eso no significa que haya desaparecido el estigma, especialmente en personas con trastorno mental grave. Por lo tanto, es necesario continuar implementando y desarrollando programas de sensibilización en diferentes puntos de la comunidad, lo que incluye los centros educativos, normalizando la necesidad de pedir ayuda psicológica, al igual que necesitamos ayuda física cuando enfermamos.
Cómo atiende nuestro Departamento de Orientación la salud mental de los alumnos
En los últimos años, la salud mental es un tema cada vez más visibilizado a nivel social, poniendo en el foco la necesidad de ser atendido no sólo desde los servicios sanitarios sino también de los educativos.
En el CSM tenemos el gran objetivo de lograr el bienestar integral de nuestros alumnos. Esto conlleva la puesta en marcha de acciones encaminadas a prevenir y abordar los problemas de salud mental que puedan aparecer. El Departamento de Orientación atiende al estado emocional de los alumnos ofreciendo un espacio de escucha, acompañamiento y apoyo en sus problemas cotidianos. También realiza talleres para prevenir problemas de autoestima, imagen corporal e insatisfacción personal, que suelen aparecer por las exigencias que reciben de los modelos transmitidos por las redes sociales. Por otro lado, la formación de mediación y resolución positiva de los conflictos fortalece sus habilidades sociales, reduciendo el acoso escolar y el fuerte impacto que tiene en la salud mental de niños y adolescentes.
Cuando detectamos algún alumno en riesgo de estar padeciendo un problema de salud mental, nos ponemos en contacto con su familia para acompañarlos en el proceso. Por otro lado, en cada curso escolar ofrecemos escuelas de padres relacionadas con la salud mental, como depresión, ansiedad o trastornos de la conducta alimentaria, que les dan herramientas para abordar una problemática de este tipo desde el hogar.
Las señales de alerta son variadas en cada caso, no siempre un problema de salud mental va acompañado de una bajada en el rendimiento académico. Es necesario poner atención al estado emocional de los alumnos, a cómo son sus vínculos sociales, fijarnos en si realizan algún tipo de conducta de riesgo frecuente o si han presentado fuertes cambios físicos de manera brusca.
Resulta fundamental generar un entorno saludable al que nuestros alumnos acudan felices, donde puedan aprender y desarrollarse de forma plena y respetuosa, además de disfrutar cada día de actividades tan fundamentales para su salud mental como son el juego, el deporte, el arte y la música.
Jessica Vivas, Jefa del Departamento de Orientación
