Nos sentamos a charlar con Alberto Weber, quien, como él mismo se presenta, es un «orgulloso exalumno del Colegio Suizo de Madrid, padre, esposo y cirujano cardiovascular, hijo de unos maravillosos padres que me han permitido esta formación y hermano de una también feliz exalumna del CSM.«
La medicina en general y la cirugía en particular tienen un componente muy vocacional. ¿Cuándo descubriste que querías dedicarte a ello?
Lo tengo grabado en mi mente como si fuera ayer. Es un ‘cliché’ infantil, pero me marcó de por vida. La primera vez que fui (o que me acuerdo) a la consulta de mi pediatra en Madrid y ver a ese hombre afable, elegante, delgado, con bata blanca, culto y con un escritorio de madera señorial y una biblioteca de madera oscura a su espalda con libros enormes, me despertó la llama vocacional.
Ya antes, por lo que me cuentan, jugando en el cajón de arena, siempre tendía a ayudar o a jugar con los menos favorecidos.
Tu formación académica comenzó en el Colegio Suizo de Madrid ¿Qué papel jugó para que te decidieras por la rama médica?
Como diría cierto torero, te lo resumo en dos palabras: Vicente Monmeneu. El carácter serio, pero a la vez enigmático y apasionante con el que enfocaba las asignaturas científicas y la teoría aplicada a múltiples prácticas así como su puerta abiera a cualquier consulta, confirmaron definitivamente mi querencia.
Y, dentro de tus años en el Colegio… ¿Qué valores destacarías cómo los más útiles para tu desempeño académico y profesional posterior?
Sinceramente, uno de los valores más importantes es el carácter familiar de la clase, con pocos alumnos, en la que cada uno, sin olvidar su individualidad, acaba desarrollando y aceptando su papel dentro de ‘la familia’, ayudando a moldearte de manera integradora como un resorte para ayudar al grupo cuando hace falta; es decir, la base de trabajo en equipo, que en el mundo médico es vital.
Hay muchos alumnos que todavía no tienen muy claro su futuro profesional… ¿Qué les dirías a aquellos que se quieren dedicar a la medicina, pero aún no lo han decidido?
Estudiar medicina te abre hoy en día muchas puertas (muchísimas especialidades), pero seguro que menos que otras carreras. Además de sentir la vocación de querer ser médico para ayudar a personas necesitadas o porque quieres descubrir algo que cambie el mundo, la carrera por sí misma te abre la puerta a múltiples asignaturas de la humanidad: idiomas antiguos, descubrimientos, literatura, arte, política, etc. Para ello, recomiendo la lectura de un breve artículo de uno de mis mentores: Aldo R. Castañeda: Apollonian Surgeon (Annals of Thoracic Surgery).
Pero lo más importante es saber que, al contrario de algunas tendencias sociales, es un mundo que requiere muchísimo sacrificio personal. Eso sí, el sacrificio es curiosa y masoquistamente directamente proporcional a la satisfacción que te va a ofrecer.
Si pensamos en un cirujano nos imaginamos a “un médico y un bisturí”. Pero hay muchísimas cosas detrás. ¿Cómo es tu día a día?
Madrugar, visitar a los pacientes en planta y resolver problemas para, a continuación, ir a quirófano a realizar la cirugía que has preparado el día anterior; normalmente entre 2 y 6 horas en quirófano. Lo del almuerzo es muy irregular. Atender la consulta, asistir a las reuniones interdisciplinarias para discutir casos, preparar alguna presentación y, estirando el día, aprender, innovar o investigar. Casi nada; pero como decía mi madre, cuanto más hagas, más haces. Si tienes guardia, estar como poco en modo ‘standby’ lo que queda del día y de la noche. Lo más importante y difícil es crear los huecos para la familia y los amigos, que son imprescindibles.
Eres, además, CEO del HerZentrum Hirslanden, el centro cardíaco privado más grande de Suiza. ¿A qué se dedica este centro y por qué es tan importante?
Hace ya casi 40 años, cuatro cardiólogos y dos cirujanos del hospital universitario de Zúrich decidieron, después de una breve experiencia en EE.UU., establecerse como médicos independientes y crear un centro interdisciplinar dedicado a enfermedades del corazón al más alto nivel, tanto de diagnóstico como de terapia. Todos los médicos son socios y copropietarios de la institución y los miembros deciden por unanimidad nuevos socios. A diferencia de lo que se conoce como medicina privada en España, aquí es un trabajo a tiempo completo, sin salario base y donde la retribución depende de las intervenciones y consultas realizadas. No hay por lo tanto un horario de trabajo definido. Los resultados son controlados por la administración del gobierno cantonal y comparadas con las instituciones públicas. Somos un centro concertado, por lo que operamos tanto a pacientes privados como de la seguridad social. La meta principal de la institución es la excelencia médica y el trabajo en equipo. La actividad de CEO es una posición rotacional entre los socios. Combina en este sentido la actividad médica, empresarial y política.
Hace no mucho fuiste investido Caballero de la Orden del Camino de Santiago. ¿Qué significa este reconocimiento para ti?
Un antepasado de la familia de mi madre luchó en la batalla de Clavijo en 844, donde se supone que se apareció el Apóstol Santiago para obtener la victoria del Rey Ramiro I… La casa de mi familia se encuentra en el Camino de Santiago Portugués. Los valores que representa la Ruta Jacobea ganan en importancia cada año que pasa como se puede comprobar en la evolución del número de peregrinos. En el Camino, todos somos iguales, independientemente de tus creencias o tu pasado. Todos tienen la oportunidad única de adentrarse en uno mismo tanto cuanto desees y de encontrar tu paz. Representa también el cada vez más codiciado ‘slow life’. Por lo tanto es un orgullo ser nombrado Caballero y adoptar algo de responsabilidad para defender estos valores.
Volvemos de nuevo al CSM. Fuiste uno de los protagonistas del libro “50 años. Miles de historias”, que conmemora el medio siglo de vida del Colegio. ¿Qué nos puedes decir del hecho de haber formado parte de este hito histórico?
Pues la verdad que es un orgullo pero también una gran responsabilidad, porque sientes cómo te conviertes en cierto modo en un espejo de lo que los alumnos y sus padres pueden esperar de la educación que el Colegio representa. En general, es difícilmente descriptible, pero el carácter abierto y afable de todos los exalumnos tiene una etiqueta común que además es contemporánea: ‘Eine Eigenschaft, die sich durch alle Generationen zieht’.
Si tuvieras que definir el CSM en una frase, sería…
Una educación laica, internacional, global, contemporánea, que se adapta a los tiempos y desarrolla valores inquebrantables como el respeto, la empatía, la responsabilidad, la solidaridad, la voluntad, la honestidad, la compasión, el amor, el perdón y la gratitud.
Ya estamos terminando… ¿Qué es lo que más te gusta hacer en tu tiempo libre?
Disfrutar de la familia, el mar, las montañas y el buen comer. La porción de deporte en estas disciplinas está menguando pero procuro mantener la actividad.
Por último, ¿dónde te ves dentro de diez años?
Lo mismo que en la pregunta anterior y sirviendo a los peregrinos en la renovada Casa Rectoral de Santa Mariña de Carracedo.