No descubrimos ningún secreto cuando aseguramos que actualmente vivimos en la época de la historia en la que más desarrollada está en la medicina. Casi todas las enfermedades conocidas tienen cura, vacuna o tratamiento, y para las demás los profesionales de este ámbito siguen con sus procesos incansables de investigación.
Investigación, una palabra que ha permitido a varios miembros de la ETH de Zúrichdescubrir que la vortioxetina, un antidepresivo aprobado y de bajo coste, muestra efectos prometedores contra las células tumorales del glioblastoma.
El equipo de científicos al cargo del proyecto, liderado por el profesor Berend Snijder, trabajó junto a especialistas del Hospital Universitario de Zúrich, quienes ya han iniciado pruebas en ratones y preparan ensayos clínicos. Los estudios con roedores han mostrado que la vortioxetina es eficaz en combinación con terapias estándar contra el glioblastoma.
En ensayos futuros, algunos pacientes recibirán vortioxetina además del tratamiento convencional, mientras que otros recibirán una combinación de fármacos personalizada, determinada por farmacoscopia.
Este avance es significativo porque el glioblastoma es difícil de tratar debido a la barrera hematoencefálica, que impide que muchos medicamentos lleguen al cerebro. La vortioxetina, sin embargo, atraviesa esta barrera, lo cual la hace especialmente viable. Además, su aprobación previa por organismos regulatorios, como la FDA, podría facilitar su aplicación clínica si demuestra efectividad en humanos.
Según Michael Weller, coautor del estudio, este medicamento podría convertirse en una opción complementaria en el tratamiento del glioblastoma, representando uno de los primeros avances en décadas en esta área. Si los ensayos clínicos confirman estos resultados, la vortioxetina podría ofrecer una alternativa accesible y segura para combatir este tumor cerebral mortal.