Con solo 32 años, Ana Torres tiene el Doctorado Internacional en Odontología en la Universidad del Sur de California y en la Universidad Complutense de Madrid con premio extraordinario de doctorado, y dirige dos clínicas en Múnich. Un éxito académico y profesional al que ha llegado tras formarse en España, Alemania y Estados Unidos, además de realizar prácticas internacionales en Corea del Sur y Japón, y en el que, como reconoce Ana, el Colegio Suizo de Madrid ha desempeñado un papel importante.
Su experiencia en el CSM no sólo le ha abierto puertas por el aprendizaje de varios idiomas sino que le ha influido en su perspectiva de ver el mundo, basada en pensar más allá de lo convencional, dándole la posibilidad de afrontar “un futuro sin límites”. Ella misma nos lo cuenta en esta entrevista.
Ana, cuéntanos un poco sobre tu trayectoria académica y profesional hasta llegar a dirigir dos clínicas en Múnich siendo tan joven.
Estudié odontología en la Universidad Complutense de Madrid con un intercambio en la Ludwig-Maximillian-Universität en Múnich y prácticas en Filadelfia (EE.UU.). Después de acabar la carrera me especialicé en ortodoncia en la Universidad del Sur de California en Los Ángeles. En Los Ángeles conocí a Christoph (que ahora es mi marido) y juntos decidimos establecernos en Múnich. Christoph es austriaco y también fue a Los Ángeles a especializarse en Ortodoncia. Escogimos un país de habla alemana al ser uno de los idiomas comunes y optamos por la ciudad de Múnich entre otras cosas porque tiene muchísimas oportunidades laborales y está bien comunicada internacionalmente. En Múnich empecé a trabajar en una clínica de ortodoncia y nos surgió la oportunidad de comprarla porque la ortodoncista se quería jubilar (esta modalidad de traspaso de negocio es habitual en el mundo de la odontología). En nuestra filosofía de tratamiento, la prevención y el abordaje integral del paciente juegan un papel importante, por lo que es esencial el trabajo con logopedas y un año después decidimos abrir la clínica de logopedia y terapia miofuncional, que luego hemos expandido añadiendo terapia de la respiración después de hacer formaciones al respecto y de certificarnos en el método Buteyko.
Creo que el “secreto” de haber conseguido todo esto siendo tan joven es mi pasión por lo que hago y mi ambición de aportar algo relevante a la sociedad, ya que eso me mantiene motivada para seguir empezando cosas nuevas y desarrollando proyectos.
¿Qué te motivó a especializarte en Odontología y cómo fue tu experiencia estudiando en la Universidad del Sur de California y en la Universidad Complutense de Madrid?
Desde pequeña, tuve un fuerte interés en la odontología desde que yo misma llevé ortodoncia. Viví en primera persona lo que influye la sonrisa en la seguridad en uno mismo y el impacto que puede tener en la vida de una persona. Me parecía todo muy interesante y me fascinaba la posibilidad de transformar sonrisas y mejorar la calidad de vida de las personas. Tenía claro que quería trabajar con personas y estuve dudando entre estudiar odontología o medicina. Al final me decidí por odontología y luego por la especialidad de ortodoncia y fue la decisión acertada. El día a día en ortodoncia es siempre un entorno positivo y lo disfruto mucho desde el punto de vista técnico y también desde el psicológico. Algo que me encanta del día a día como ortodoncista es que se desarrolla una relación a largo plazo con los pacientes, ya que vienen regularmente durante un tiempo de 2-3 años y eso me hace formar parte de sus vidas, ver cómo se transforman y ganan confianza en sí mismos y conocer a toda la familia, que para una persona sociable como soy yo es muy enriquecedor, ya que hace que el día a día no vaya de “dientes” sino de personas.
Estudiar en la Universidad Complutense de Madrid (UCM) me dio una muy buena formación en odontología, ya que es una de las mejores universidades de España en este campo. A través de la UCM ya pude realizar varios intercambios internacionales: realicé 1-2 meses de prácticas en un hospital de Filadelfia (EE.UU.) y en la Universidad de Pennsylvania, así como un año de intercambio en la Ludwig-Maximillian-Universität en Múnich. Estas experiencias fueron estupendas ya que, además de hacer contactos internacionales, pude expandir mi horizonte profesional y ver lo avanzados que están estos países en cuanto a tecnología e investigación. Especialmente me impresionó mucho el nivel de Estados Unidos, en el que la Universidad es como el “paraíso” del estudiante, del científico y del investigador. En Estados Unidos se invierte mucho en la educación universitaria y en la investigación y eso se refleja en las instalaciones de la universidad y en los medios que hay a disposición del estudiante: allí todo es posible. Esta experiencia es lo que me animó a pensar en ir a hacer la especialidad allí.
Elegí la Universidad del Sur de California para mi especialización en ortodoncia porque es una universidad líder a nivel mundial en este campo. En Estados Unidos hay muchas universidades muy buenas, no hay que quedarse sólo con “Harvard” como sale en las películas. Dependiendo del ámbito de estudios que uno elija, suele haber entre 5-10 top universidades y, a su vez, hay mucha variedad en los programas, según lo que cada uno vaya buscando (más práctica, más teoría, más investigación, más componente internacional, etc.). Las ventajas de estudiar allí, además de la alta calidad de los estudios y sus profesores (de renombre en su campo) y tener acceso a tecnología de última generación, es que se establece una muy buena red de contactos de la que surgen increíbles oportunidades de colaboraciones profesionales y proyectos de investigación (por ej. con entidades como la NASA, etc.) y también oportunidades para después de acabar los estudios cuando se entra al mundo laboral. Los contactos y relaciones que se establecen permanecen más allá de las aulas, lo cual puede abrir muchas puertas en el futuro durante toda la carrera profesional. Además, el sistema educativo allí es crítico y, al igual que en el CSM, te enseñan a pensar más allá de lo convencional y a ser crítico, te animan a pensar “outside the box” como dicen en inglés, fomentando la creatividad y la innovación.
Has tenido la oportunidad de formarte en diferentes países como España, Alemania y Estados Unidos, ¿cómo ha influido esta experiencia internacional en tu desarrollo profesional?
Estas experiencias internacionales han sido muy enriquecedoras porque han ampliado mi visión global, conocimiento y horizonte profesional, permitiendo que me beneficie de un intercambio de conocimientos a nivel internacional y de aprender de las mejores instituciones del mundo, sin importar las fronteras. A cuanta más variedad esté expuesto uno, más aprende y más perspectivas adopta y eso siempre enriquece. Cada sistema educativo, así como cada persona, cada cultura, cada país y cada ciudad, aporta algo diferente y el gran beneficio de estar expuesta a tantos entornos es poder combinar las ventajas de cada uno de ellos. Esto me ha aportado una mentalidad y flexibilidad que suponen una gran ventaja competitiva, lo cual percibo muchas veces en el día a día tanto en el entorno profesional como en el personal.
¿Qué te llevó a realizar prácticas internacionales en Corea del Sur y Japón y cómo crees que estas experiencias han enriquecido tu carrera?
La Universidad del Sur de California participa en proyectos de investigación internacionales con universidades de muchos países del mundo, entre ellos Corea del Sur y Japón, pero también otros como Brasil, Tailandia, Australia, etc. Esto fomenta el intercambio de conocimientos entre las diferentes instituciones, lo cual contribuye a un mayor avance científico del sector y a una formación más avanzada de los estudiantes. Yo fui seleccionada para presentar mi proyecto de investigación en Corea del Sur y Japón en representación de mi departamento, lo que me llevó a estos intercambios y a la posibilidad de hacer allí prácticas. Estas experiencias me expusieron a técnicas innovadoras y enfoques avanzados en ortodoncia, enriqueciendo mi práctica y conocimientos como mencionaba anteriormente.
Mencionas que el Colegio Suizo de Madrid ha desempeñado un papel importante en tu formación, ¿podrías profundizar en cómo esta institución ha contribuido a tu éxito académico y profesional?
El Colegio Suizo de Madrid me dio una formación multilingüe, una forma de pensar abierta y una perspectiva internacional. Esto, sin lugar a dudas, ha sido fundamental en mi formación, posibilitándome acceder a oportunidades a las que no habría podido acceder sin un alto nivel de idiomas y permitiéndome adaptarme y sobresalir en contextos internacionales.
¿Qué habilidades o conocimientos adquiridos en el Colegio Suizo de Madrid consideras que han sido más útiles en tu carrera?
Además del dominio de los idiomas, me gustaría resaltar el fomento del pensamiento crítico y el enfoque global de la educación. Del CSM salimos preparados para el mundo y no solo para aprobar un examen final. Esto lo noto en el día a día en mi forma de pensar y de resolver problemas y en mi perspectiva de ver el mundo, basada en pensar más allá de lo convencional, abriéndome las puertas de “un futuro sin límites”.
¿Cómo ha sido la transición de ser estudiante a convertirte en una profesional exitosa y líder en tu campo?
Mi formación en odontología fue muy práctica desde el inicio, ya que en la UCM tratamos pacientes durante varios años antes de graduarnos y luego la especialidad son otros tres años más que son fundamentalmente prácticos (al igual que la residencia en medicina). Esto facilitó mucho mi transición al mundo laboral y desde el principio me sentí bien preparada. Además, la Universidad del Sur de California me preparó excelentemente para la gestión empresarial con una asignatura de conocimientos de negocio específicos para la gestión de clínicas de ortodoncia, algo en lo que destacan en Estados Unidos. El carácter emprendedor de mi profesión, fomentado por el sistema educativo estadounidense, fue una combinación de éxito.
Mirando hacia atrás también me he dado cuenta de lo valiosas que son iniciativas y experiencias formativas como la “Semana de la Economía” en el CSM. Para mí fue el primer contacto con el tema empresarial y emprendedor de una forma tan práctica y, aunque fue breve, sin lugar a dudas despertó y motivó mi lado emprendedor y me inspiró a desarrollar mis habilidades de liderazgo desde una edad temprana.
Dirigir dos clínicas en Múnich a tu edad es un logro impresionante. ¿Cuáles dirías que han sido los mayores desafíos a los que te has enfrentado en este rol?
Uno de los mayores desafíos del día a día es gestionar mi tiempo y equilibrar la excelencia clínica con la gestión empresarial. Integrar y coordinar múltiples disciplinas para ofrecer tratamientos integrales ha requerido una visión clara y un trabajo en equipo constante. La gestión de personas ha sido otro aspecto crucial y desafiante. Motivar a mi equipo, liderar un grupo formado por personas con perfiles y habilidades muy diferentes, fomentar el trabajo en equipo y asegurarse de que todos estén contentos y trabajando en un ambiente positivo es un desafío día a día, pero a la vez fundamental para el éxito de las clínicas.
¿Cómo defines tu perspectiva de ver el mundo y cómo ha evolucionado a lo largo de tu carrera?
Mi perspectiva de ver el mundo se basa en la creencia de que «todo es posible» y que tenemos un mundo sin límites. Para mí, la pregunta no es si algo es posible o no, sino ¿cómo hago esto posible? Este enfoque me ha permitido superar obstáculos y buscar soluciones creativas en lugar de quedarme atrapada en las limitaciones.
A lo largo de mi carrera, he aprendido que la vida es una serie de decisiones e intercambios en los que cambiamos recursos como el tiempo, el esfuerzo, la dedicación y el dinero por cosas como el éxito, la felicidad y la satisfacción personal. Esta visión me ha impulsado a tomar decisiones estratégicas, siempre buscando el equilibrio adecuado entre las diferentes áreas de mi vida.
En resumen, mi perspectiva ha evolucionado hacia una visión donde no hay límites claros, solo desafíos que deben ser abordados con creatividad, determinación y una actitud positiva. Creo firmemente que, con la combinación adecuada de esfuerzo, dedicación y estrategias innovadoras, podemos lograr cualquier objetivo que nos propongamos.
¿Qué consejos le darías a los alumnos que están considerando seguir una carrera en Odontología o en el campo de la salud en general?
Les diría que sigan su pasión, que el esfuerzo de una carrera tan larga merece la pena y que mantengan siempre una mente abierta para aprender continuamente. En las profesiones de la salud es crucial tener una visión integradora, buscar siempre el bienestar integral de los pacientes y mantenerse actualizado asistiendo a congresos y aprendiendo sobre avances. La curiosidad, la colaboración con otros profesionales y la búsqueda constante de innovación y mejora son esenciales para tener éxito.
¿Cuáles son tus metas y ambiciones futuras en tu carrera profesional?
Mis ambiciones futuras se centran en la expansión y la innovación, utilizando las últimas tecnologías y enfoques para ofrecer el mejor cuidado posible a mis pacientes y contribuir al avance de la ortodoncia a nivel global, mientras continúo inspirando y educando a la próxima generación de ortodoncistas.
Un ejemplo es avanzar en la integración de la digitalización y la inteligencia artificial (IA) en la ortodoncia. Ya usamos IA en muchos ámbitos de nuestra clínica, como por ejemplo con “Dental Monitoring”, que es una aplicación del móvil con IA integrada que nos permite hacer un seguimiento mucho más preciso del progreso de los tratamientos y a su vez monitorizarlos a distancia. Esto no solo aumenta la calidad y precisión de los tratamientos, sino que también reduce el número de citas necesarias para los pacientes. Gracias a estas innovaciones nos estamos convirtiendo en una clínica de referencia, no solo en Múnich, sino a nivel mundial, y atendemos a pacientes de muchos países del mundo que vuelan a Múnich para venir a hacerse el tratamiento en nuestra clínica.
¿Cómo equilibras tu vida profesional con tus intereses personales y tiempo libre?
Cuando te dedicas a algo que te apasiona a veces es difícil no trabajar, porque el trabajo te gusta y divierte. Sin embargo, es crucial dedicar tiempo a otras aficiones para despejar la mente y mantener un buen equilibrio entre la vida laboral y personal. La clave está en organizarse bien y saber cuándo desconectar para disfrutar de la vida con amigos y familia. De este modo, puedo recargar energías y volver al trabajo con una mente fresca y nuevas ideas. Este equilibrio no solo mejora mi bienestar personal, sino que también me permite ser más efectiva y creativa en mi carrera profesional.
Para terminar, si tuvieras que definir el Colegio Suizo de Madrid en una frase sería…
El Colegio Suizo de Madrid es una puerta al mundo que abre mentes y forma líderes globales con una visión integradora, pensamiento crítico y una pasión por transformar el mundo.